EL terreno

Inicialmente empecé a buscar un terreno para tener un lugar para nuestras actividades con las familias, jóvenes y adultos. Y con el paso del tiempo empecé a percibir que desde Cancún son muchos los nudos que María desata. Había bendecido un cuadro de la Desatadora en una breve y hermosa ceremonia para la mamá de Tere y desde ese momento María iba a poner el deseo para tenerla más cerca de nosotros.

Empecé a buscar un lugar para mirarla, para dejarnos mirar y para presentar nuestras nudos y agradecimientos aquí en Querétaro.

El 29 de noviembre del 2016 fue la primera vez que le presentaba un proyecto, en ese momento humilde y modesto, a un comprometido político que podía apoyarnos. Me ilusioné con un terreno que me mostró en planos. Fui a verlo, recé un rosario y arrojé ese rosario que había traído de tierra santa en ese terreno diciéndole a la Virgen que si Ella lo quería que nos ayudara. Se ve que no eran ni los tiempos ni el lugar que tenía pensado la Virgen.

Se me pasa por la mente varias personas a las que me acerqué para solicitarles su ayuda. Hubo silencios, negativas, muchas esperas, y algunas promesas condicionadas. Incluso aproveché dos viajes a España, uno en octubre del 2017 y otro en septiembre del 2018, donde iba a pasar unos días con mi familia, para dirigirme a Santander en el 17 y a Sevilla en el 18 para solicitar el apoyo de dos empresarios que tenían la posibilidad de ayudarnos en Querétaro. Terio sí quería apoyarnos, y me dijo que de alguna manera nos conseguiría lo que necesitábamos, pero la muerte corrió más de prisa que el proyecto y desde la eternidad estará viendo el curso que vamos tomando.

Fue el 29 de abril del 2022 cuando Gerardo pasó por mi casa y me llevó a Altozano. No me imaginaba que esa salida iba a ser tan fructífera. Preguntamos por el administrador del desarrollo y al comentarle nuestra inquietud nos señaló que tal vez podíamos ponerle el ojo a un terreno en particular. No se diga más, vamos a conocerlo.

Como había hecho el padre Solana en Tierra Santa buscando un terreno para construir una casa para acoger a los peregrinos en la zona de Galilea, al identificar el posible terreno donde podríamos tener nuestro Centro para la Virgen, dos días después de conocer la zona de Altozano regresé al terreno, recé un rosario y lo arrojé entre los matorrales, diciéndole a María, que si le gustaba el lugar, nos fuera ayudando. Era el segundo rosario que había arrojado en un terreno. Besé el rosario y lo arrojé en la zona donde ahora ha surgido nuestra capilla al aire libre.

No me imaginaba la peripecia administrativa que iba a seguir antes de contar con la propiedad para Ella. Ha sido toda una Odisea y un viaje tan retador como el de Ulises a su tierra de Ítaca.

Ayuda a nuestra causa

Con su generosidad y apoyo podemos ayudar a seguir haciendo realidad este centro a nuestra madre maría.

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